11 octubre, 2007

A veces

A veces por la mañana, no comprendía cómo todo seguía funcionando. Pero se levantaba igual, pensaba que quizás esa funcionalidad era sólo aparente. Imaginaba que tal vez, si frotaba una hoja aparecería su color verdadero, o de pronto todos comenzarían a mezclarse. Como el agua, el reflejo y la pintura. ¿No era eso también real?

A veces por la tarde, todo le parecía armónico y soluble como el azúcar en el café, dulcemente suave. Ya no le preocupa si los reflejos son o no verdaderos, o si todos verán los mismos colores. Bajo el cielo violeta anaranjado, alguien se para a su lado y le dice: ¿no son preciosos los verdes atardeceres? Ella feliz asiente diciendo que son sus colores favoritos, le encanta saber que no vemos lo mismo. La realidad es a veces tan subjetiva.

A veces por la noche, olvida su asombro y a ratos le parece todo tan monótono. Y mientras mastica los restos del día, piensa que quizás es suficiente con lo que le han dicho, ya no quiere más asombros. Pero intempestivos los recuerdos aparecen igual. Ahora duda si cuando le dijeron que con ella todo era como una película, era una forma extraña de halago o sólo querían decirle que todo era irreal.